martes, 12 de enero de 2021

El Barranco, de Nivaria Tejera

 El barranco, de Nivaria Tejera


Una niña narra en primera persona el encarcelamiento de su padre al comienzo de la guerra civil en La Laguna. La niña percibe la trascendencia de lo que sucede aunque no lo comprenda, y sobre todo se ve muy afectada por la ausencia del padre. 

El padre es detenido por ser periodista, aunque se le acusa de un supuesto ataque a la sede del obispado. Después de una estancia en la cárcel y un juicio, es liberado. Pero más adelante es prendido de nuevo por otras razones arbitrarias. Hay una estancia en Fyffes y en un campo de trabajo. Posteriormente dejan de tener noticias suyas hasta que reciben un ambiguo telegrama que anuncia su deportación a la península durante cuarenta años. El barranco aludido queda muy impreciso. Hace referencia a un supuesto lugar de ejecuciones; probablemente, es una sospecha de lector, el lugar donde acabó el padre. 

El texto está distribuido en cuatro partes, pero luego dentro de cada parte hay fragmentos irregulares que obedecen a escenas o impresiones. La transición de una parte a otra está marcada por las circunstancias del encarcelamiento del padre.

Solo escuchamos, leemos, su voz narrando. Hay un a modo de flujo de pensamiento, pero más narrativo (en contraposición a esos modos de flujo de pensamiento que tratan de reflejar la confusión interior, la mezcla de voces dentro de uno mismo, la interrupción de frases innecesarias porque el que piensa ya sabe cómo va a concluir, etc.)  Lo notamos, sin embargo muy íntimo en la sucesión de expresiones muy propias con que interpreta el mundo.

Se nota una evolución del personaje, o tal vez de nosotros los lectores que vamos familiarizándonos con ella y con su tragedia, desde que la conocemos al principio donde se aprecia perfectamente a una niña feliz, inocente y despreocupada, hasta que al final le notamos una seriedad sobrevenida, una amargura, una mayor gravedad en el tono que delata la madurez.  

El tono, en efecto, es muy infantil, pero no tontorrón, más bien inocente, sin malicia, a mí me viene a la cabeza Gloria Fuertes, y también el Ferlosio de Alfanhuí, reconociendo de ellos la sencillez del lenguaje empleado, pero la abundancia de comparaciones y símiles que por momentos se vuelve algo surrealista,  pero un surrealismo que podríamos llamar natural, en contraposición de un surrealismo racional, intencionado, aquel más cercano al de las de la greguerías de don Ramón, por donde también he entrevisto el estilillo de Rosa Chacel; este otro haciendo referencia al de los surrealistas declarados, profesionales de la invención abstrusa.

Como defecto puedo señalar un uso redundante de los pronombres personales, como si este texto fuera una traducción poco cuidadosa del francés o del inglés. (No es así, según el prólogo, que nos explica que, aunque se publicó por primera vez en Francia, en donde Nivaria residió mucho tiempo, fue escrito en castellano)


Como no se me ocurre nada más que añadir copio algunas de las frases que he transcrito porque me parecen interesantes y hablan sobre todo del modo de escritura de esta mujer. Ese que me recuerda a las greguerías a las comparaciones en Alfanhuí y la inocencia con retranca de Gloria Fuertes.


“Le quita el dolor a las cosas y sus ojos recuerdan la verdad”

“Me acarició la frente como si quisiera tocar lo que yo pensaba”

“Tengo más hambre de lo que puedo comer”

“Los rostros de los magistrados daban la impresión de que iban a desprenderse mientras discutían”

“Necesita medir las frases bajito antes de sacarlas”

“Los sacos pesan mucho y se gastan con el roce de los hombres, y ellos también se gastan”

“Como si [el viento] desatase los caminos y los soplara”

“Yo digo que sí con la cabeza como si le perdonara algo”

“Yo escucho que papá respira como un reloj y da horas temerosas en mí”

“Es un animalito pequeño y duro que dan ganas de sembrar”

“Se estira y tiembla como si fuera a derramarse”

“Era como si me entrara luz por los oídos”

“Estaba pálido y también mudo, como si no tuviera memoria y por eso no pudiera hablar”

“Había mucho silencio de no vernos nunca”

1 comentario:

  1. Me he metido en Wikipedia a curiosear por la autora. La novela, por lo que cuentas, coincide en parte con la historia real de la autora que, por cierto, tiene un nombre precioso que creo que se prodiga poco. Un saludo

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