miércoles, 28 de septiembre de 2022

Doble Cristal, de Nicolás Dorta.

 


Entusiasmo es lo que me sobreviene leyendo este libro. Quiero hablar de ello pero no sé cómo describirlo que contagie la misma emoción que yo siento. Siento ya pena de que este libro y este autor no sean mundialmente reconocidos y que esta obra no encabece la Nueva Enciclopedia de la Literatura Canaria. Me parece ya terriblemente injusto que esto no vaya a ocurrir. 

La edición de Pun ediciones es totalmente indigna de la obra que contiene. Y eso no habiendo encontrado hasta ahora más que una errata que me haya saltado al ojo.  Pero es una edición sencilla con portada de simple cartón sin solapas, sin nota biográfica y con un tipo que más recuerda a fotocopias impresas que a verdadera edición. Pulcra pero pobre caja para la joya que contiene. 

No lo he terminado y desde el primer texto ya necesitaba comunicarle a alguien mi emoción. 

Es una escritura muy diferenciada de lo que se suele escribir aquí en canarias. Frases cortas, tan cortas que a veces la conforman una sola palabra. Breves descripciones muy precisas, muy parcas pero que convocan una imagen. Los parrafos, las escenas narradas son una impresión,  un instante temporal y luego otro. A veces hay una narración más completa de toda una situación, una reunión familiar, un accidente, el encuentro con un amigo de la infancia. Pero siempre hay una carencia, un aire de misterio, un algo que no se cuenta, unas frases que no encajan y apuntan hacia otro lado, pero que te dejan una impresión de inquietud, de que aquí falta algo. En este sentido recuerda a los textos de Raymond Carver -- aquel autor creado por su editor que le limpiaba los textos de explicidades.

También se acuerda uno, por el uso completamente natural de vocablos autóctonos a aquel Panza de Burro de Andrea Abreu, solo que aquí no es destacable, porque está perfectamente integrado en el espíritu del narrador, en su forma de expresarse. Es un narrador pausado, muy presente emocionalmente en lo que se cuenta, pero una emoción mantenida a distancia, a distancia de narrador que no puede evitar meterse en lo que narra. 

Ya digo, una escritura muy poco canaria, a mi juicio. Muy poco queriendo hacer literatura, muy, así me lo parece a mí, muy sincera, muy personal – ya sé que es literatura, y que todo es mentira aunque sea verdad, pero aquí produce una sensación muy íntima en el sentido de que uno siente ahí al lado al narrador, su compunción, sus dudas, sus inquietudes o incomodidades ante lo que cuenta -- muy periodística -- el personaje parece ejercer este oficio -- fuera del trabajo. 

¡Coño, que me ha gustado, que me está gustando y quería comunicarlo! Espero que no sea un simple enamoramiento, pero antes de que descubra  que sí, quiero comunicarlo. 

¡Este tío lo tiene, este tío escribe, merece que lo lean quienes leen para encontrar, porque este tío se ha acercado bastante!

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