Pepe Naranjo, periodista freelance que desarrolla su trabajo en África occidental ha dado una charla sobre sus experiencias en África que ha titulado Las Áfricas.
Ha publicado dos libros Cayuco en 2006 y Los invisibles del Kolda en 2009 que trataban sobre la inmigración -en aquellos años vivíamos aquí en Canarias la llegada masiva de inmigrantes. Esto, sin duda, es un desencadenante de su decisión de irse a vivir y trabajar a aquel continente.
Lleva cuatro años allí, enviando sus colaboraciones especialmente a El País. Se mueve principalmente por África occidental, residiendo, por así decirlo, en Senegal. Titula su charla Las Áfricas por que es su intención mostrar que África no es solamente ese continente atormentado por el hambre y las miserias, las plagas y los gobiernos corruptos y dictatoriales, que casi exclusivamente nos transmiten las noticias en occidente, también hay gente heroica que lucha por salir de esas situaciones, que cree en las posibilidades de su territorio rico en tantos recursos que otros aprovechan en su perjuicio. Todo el que viene de África insiste en la imagen exclusivamente negativa que los medios occidentales crean de África, restando importancia a los momentos felices o simplemente cotidianos que mostrarían que no es tal como la percibimos desde estos lugares. Como por ejemplo ha comentado la débil proyección que ha tenido un hecho que considera jubiloso no solo para el continente africano sino para el mundo como es la erradicación de la poliomielitis que se ha declarado definitivamente tras la extinción de unos últimos brotes en Nigeria. Un hecho que no se daba desde la anterior erradicación de la viruela.
Bueno, pues el hombre llegó a Senegal en un momento de cierta tensión, allá por el 2011. Había elecciones y el, en aquel momento, presidente Abdulaye Wade pretendía, contraviniendo un mandato legal que impide ejercer más de dos legislaturas, presentarse nuevamente a las elecciones después de dos mandatos. No lo consiguió a causa de las fuertes contestaciones sociales. En aquel año estábamos en la época de los movimientos sociales del 23N y la primavera árabe y al parecer también en Senegal hubo algo de contagio. Señala que con sus más y sus menos Senegal es una de las democracias más estables de África (sus mismos más y menos que tenemos en España, insiste).
Su primer trabajo vendido fue sobre el acaparamiento de tierras, la última modalidad de depredación de los países occidentales. Al parecer, empresas y gobiernos occidentales están comprando tierras, tanto en África como en Sudamérica, para dedicarlas al cultivo comercial de alimentos o biocombustible. Estos tratos se realizan «legalmente» con los gobiernos, que son los que al final desplazan a los habitantes de la zona que dependen de esas tierras para su subsistencia. Aclarar que lo que cultivan no es para ayudar a paliar el hambre de la zona, sino para comercializarlo en occidente y que lo que provoca es precisamente acentuar los problemas de subsistencia de aquellos lugares. Ocurre en Guinea Bisau, por ejemplo, donde estaba implicada una empresa española. En Fanaye (Senegal) hubieron protestas por esta causa que han conseguido detener algún proceso. Resalta la importancia de los movimientos sociales en toda África y en particular las mujeres que son las que más se movilizan. María Ansoy es una de estos líderes. (Los nombres son por cómo me suenan, y de cualquier manera es raro que estos personajes que cita lleguen a tener «relevancia» suficiente para ser incluidos en noticias occidentales)
Más despojos. En Sierra Leona tienen un verdadero problema con las flotas pesqueras piratas, cita en concreto que son de origen coreano, que faenan impunemente en zonas protegidas y utilizando prácticas perjudiciales para el medio ambiente, que esquilman los mares perjudicando a los pescadores de la zona que tienen como único medio de subsistencia la pesca de costa. Se lucha contra eso, pero los gobiernos son débiles, con escasos recursos, corruptos y nada pueden hacer contra el poderío económico que los respaldan. (Denuncia que en nuestros puertos canarios descargan pescado esas flotas)
En Ghana, empresas mineras de capital subvencionado por el Fondo Monetario Internacional desplazan gente de sus tierras porque les estorban o porque simplemente se las contaminan inhabilitándolas para el cultivo. Esto también es provocado por las prácticas locales de minería que se realiza sin ningún tipo de control vertiendo al suelo materiales sumamente contaminantes. (Burkina Faso, Senegal, Mali)
Y sin embargo también hay datos positivos con respecto a la tierra. En el sur de Senegal un proyecto de la fundación Jane Goodall para la protección de los chimpancés preserva extensas regiones de selva de la depredación humana y conciencia a la gente del lugar del beneficio, también económico por medio del turismo que genera, que este tipo de prácticas les aporta preservando el ambiente y sirviéndoles como fuente de ingresos.
Destaca Pepe como los grandes males de África el hambre (Niger 80% de hambruna debido a las pobres prácticas agrícolas), unido al crecimiento poblacional (también en Niger una media de 7,6 hijos por madre)
Pero la gente se moviliza para sobrevivir y se desarrollan estrategias de colaboración, como en Senegal que hay colectividades que aportan a un fondo común para pagar imprevistos, generalmente costes médicos, que le pueda sobrevenir a cualquier familia. Aua Keita es una activista Guineana que consigue que las mujeres sean propietarias de pequeños terrenos que les permite cultivar de subsistencia. Comenta cómo se van introduciendo estas prácticas de introducir cultivos de subsistencia más variados que las prácticas tradicionales de monótonos cultivos de cereales que no terminan por paliar los problemas de subsistencia.
En Níger y Chad hay una altísima natalidad y también una altísima tasa de matrimonio infantil -las niñas son objeto de intercambios lucrativos entre familias. Embarazos a edades tan tempranas provoca problemas en el parto. Una enfermedad común es la fístula obstétrica que resulta en problemas de descontrol de la vejiga urinaria lo que provoca que esas niñas no puedan controlar la orina. A causas de esas afecciones son apartadas de sus comunidades como apestadas.
Respecto al problema de la demografía, una de sus causas es la tradición. En Senegal se ha conseguido la paridad –creo que se refiere a la paridad política– y con la llegada de más mujeres a cargos de gobierno se están fomentando prácticas como la del uso de anticonceptivos.
Otro gran problema es el de la mutilación genital femenina. Malicounda Bambara es una villa donde las mujeres se conjuraron para no realizar estas prácticas porque consideraban, y demostraron a los hombres, que no existía ningún imperativo religioso que las prescribiera. Esta actitud se ha contagiado a otras aldeas y hay esperanza de que en cosa de una o dos generaciones esta práctica sea definitivamente abandonada.
En el norte de Malí tenemos el conflicto yihadista. Considera que occidente sólo le presta atención a este aspecto del problema, por preocuparle que esta lacra pueda extenderse a nuestros países, sin embargo Pepe cree que la importancia que tiene el radicalismo en la extensión de estas prácticas no es tanta como el hecho de que se mueven en zonas que son auténtico caldo de cultivo para ellas. La miseria, el abandono de los deberes gubernamentales es esencialmente el problema. La zona del norte de Malí está muy alejada de la influencia del gobierno, es zona de tráfico de drogas y paso de inmigrantes. Y sin embargo Tombuctú, ciudad mítica incluso en occidente, es uno de los enclaves de aquella zona, una ciudad de importancia que sin embargo no tiene apenas infraestructuras. En esa zona es por donde se mueven los tuareg, que participaron en la guerra de Libia, durante el derrocamiento de Gadaffi, y regresaron tras la derrota con todo el armamento de que disponían. Con eso y la promesa de mejorar las condiciones de los habitantes de la zona –a los que solo les basta con promesa para adquirir un poco de esperanza– es normal que esos movimiento hayan adquirido tanto despliegue. Lo mismo pasa con Boko Haram en el norte de Nigeria tradicionalmente alejado, en todos los sentidos, de los centros económicos del país.
Esos movimientos provocan otra de las lacras de África, que son los desplazamientos de personas de una zonas a otras huyendo de la barbarie en condiciones de extrema miseria. Pepe habla de algunas entrevistas que ha tenido con mujeres que han sufrido la opresión yihadista y cuenta de casos terribles. Sin embargo los desplazamiento también se producen por las condiciones de las dictaduras, por ejemplo en Gambia, una dictadura muy represiva tolerada por occidente –el país se vende como paraíso turístico– también provoca enormes desplazamiento y en concreto huidas del país hacia nuestros felices países occidentales.
Algo se mueve en la lucha contra las dictaduras lo mismo que se mueve en la lucha contra la miseria. En Chad, la dictadura de Hisseme Abré provocó cerca de 40000 muertos. Un tal Suleiman Gengan, superviviente de las cárceles de Hisseme, fue el principal suministrador de pruebas en la acusación internacional contra Hisseme cuyo juicio se está celebrando estos días. El hombre fue recopilando pacientemente fichas de todos cuantos había conocido en la cárcel y las atrocidades que se cometieron con ellos y esas fichas han sido una aportación clave para conseguir juzgar al dictador.
Como resumen creo que Pepe quiso mostrar la realidad africana que conoce pero sin dejar de acentuar que no solo es una realidad oscura y siniestra, que hay multitud de africanos que no se resignan a sufrir pacientemente las miserias que se abaten sobre sus gentes y que luchan para conseguir aliviar esas condiciones, que el pueblo africano no está detenido, que hay lucha y hay oposición para cambiar las cosas y no solo pasiva sumisión ante la desgracias sobre venidas o impuestas.
Ha publicado dos libros Cayuco en 2006 y Los invisibles del Kolda en 2009 que trataban sobre la inmigración -en aquellos años vivíamos aquí en Canarias la llegada masiva de inmigrantes. Esto, sin duda, es un desencadenante de su decisión de irse a vivir y trabajar a aquel continente.
Lleva cuatro años allí, enviando sus colaboraciones especialmente a El País. Se mueve principalmente por África occidental, residiendo, por así decirlo, en Senegal. Titula su charla Las Áfricas por que es su intención mostrar que África no es solamente ese continente atormentado por el hambre y las miserias, las plagas y los gobiernos corruptos y dictatoriales, que casi exclusivamente nos transmiten las noticias en occidente, también hay gente heroica que lucha por salir de esas situaciones, que cree en las posibilidades de su territorio rico en tantos recursos que otros aprovechan en su perjuicio. Todo el que viene de África insiste en la imagen exclusivamente negativa que los medios occidentales crean de África, restando importancia a los momentos felices o simplemente cotidianos que mostrarían que no es tal como la percibimos desde estos lugares. Como por ejemplo ha comentado la débil proyección que ha tenido un hecho que considera jubiloso no solo para el continente africano sino para el mundo como es la erradicación de la poliomielitis que se ha declarado definitivamente tras la extinción de unos últimos brotes en Nigeria. Un hecho que no se daba desde la anterior erradicación de la viruela.
Bueno, pues el hombre llegó a Senegal en un momento de cierta tensión, allá por el 2011. Había elecciones y el, en aquel momento, presidente Abdulaye Wade pretendía, contraviniendo un mandato legal que impide ejercer más de dos legislaturas, presentarse nuevamente a las elecciones después de dos mandatos. No lo consiguió a causa de las fuertes contestaciones sociales. En aquel año estábamos en la época de los movimientos sociales del 23N y la primavera árabe y al parecer también en Senegal hubo algo de contagio. Señala que con sus más y sus menos Senegal es una de las democracias más estables de África (sus mismos más y menos que tenemos en España, insiste).
Su primer trabajo vendido fue sobre el acaparamiento de tierras, la última modalidad de depredación de los países occidentales. Al parecer, empresas y gobiernos occidentales están comprando tierras, tanto en África como en Sudamérica, para dedicarlas al cultivo comercial de alimentos o biocombustible. Estos tratos se realizan «legalmente» con los gobiernos, que son los que al final desplazan a los habitantes de la zona que dependen de esas tierras para su subsistencia. Aclarar que lo que cultivan no es para ayudar a paliar el hambre de la zona, sino para comercializarlo en occidente y que lo que provoca es precisamente acentuar los problemas de subsistencia de aquellos lugares. Ocurre en Guinea Bisau, por ejemplo, donde estaba implicada una empresa española. En Fanaye (Senegal) hubieron protestas por esta causa que han conseguido detener algún proceso. Resalta la importancia de los movimientos sociales en toda África y en particular las mujeres que son las que más se movilizan. María Ansoy es una de estos líderes. (Los nombres son por cómo me suenan, y de cualquier manera es raro que estos personajes que cita lleguen a tener «relevancia» suficiente para ser incluidos en noticias occidentales)
Más despojos. En Sierra Leona tienen un verdadero problema con las flotas pesqueras piratas, cita en concreto que son de origen coreano, que faenan impunemente en zonas protegidas y utilizando prácticas perjudiciales para el medio ambiente, que esquilman los mares perjudicando a los pescadores de la zona que tienen como único medio de subsistencia la pesca de costa. Se lucha contra eso, pero los gobiernos son débiles, con escasos recursos, corruptos y nada pueden hacer contra el poderío económico que los respaldan. (Denuncia que en nuestros puertos canarios descargan pescado esas flotas)
En Ghana, empresas mineras de capital subvencionado por el Fondo Monetario Internacional desplazan gente de sus tierras porque les estorban o porque simplemente se las contaminan inhabilitándolas para el cultivo. Esto también es provocado por las prácticas locales de minería que se realiza sin ningún tipo de control vertiendo al suelo materiales sumamente contaminantes. (Burkina Faso, Senegal, Mali)
Y sin embargo también hay datos positivos con respecto a la tierra. En el sur de Senegal un proyecto de la fundación Jane Goodall para la protección de los chimpancés preserva extensas regiones de selva de la depredación humana y conciencia a la gente del lugar del beneficio, también económico por medio del turismo que genera, que este tipo de prácticas les aporta preservando el ambiente y sirviéndoles como fuente de ingresos.
Destaca Pepe como los grandes males de África el hambre (Niger 80% de hambruna debido a las pobres prácticas agrícolas), unido al crecimiento poblacional (también en Niger una media de 7,6 hijos por madre)
Pero la gente se moviliza para sobrevivir y se desarrollan estrategias de colaboración, como en Senegal que hay colectividades que aportan a un fondo común para pagar imprevistos, generalmente costes médicos, que le pueda sobrevenir a cualquier familia. Aua Keita es una activista Guineana que consigue que las mujeres sean propietarias de pequeños terrenos que les permite cultivar de subsistencia. Comenta cómo se van introduciendo estas prácticas de introducir cultivos de subsistencia más variados que las prácticas tradicionales de monótonos cultivos de cereales que no terminan por paliar los problemas de subsistencia.
En Níger y Chad hay una altísima natalidad y también una altísima tasa de matrimonio infantil -las niñas son objeto de intercambios lucrativos entre familias. Embarazos a edades tan tempranas provoca problemas en el parto. Una enfermedad común es la fístula obstétrica que resulta en problemas de descontrol de la vejiga urinaria lo que provoca que esas niñas no puedan controlar la orina. A causas de esas afecciones son apartadas de sus comunidades como apestadas.
Respecto al problema de la demografía, una de sus causas es la tradición. En Senegal se ha conseguido la paridad –creo que se refiere a la paridad política– y con la llegada de más mujeres a cargos de gobierno se están fomentando prácticas como la del uso de anticonceptivos.
Otro gran problema es el de la mutilación genital femenina. Malicounda Bambara es una villa donde las mujeres se conjuraron para no realizar estas prácticas porque consideraban, y demostraron a los hombres, que no existía ningún imperativo religioso que las prescribiera. Esta actitud se ha contagiado a otras aldeas y hay esperanza de que en cosa de una o dos generaciones esta práctica sea definitivamente abandonada.
En el norte de Malí tenemos el conflicto yihadista. Considera que occidente sólo le presta atención a este aspecto del problema, por preocuparle que esta lacra pueda extenderse a nuestros países, sin embargo Pepe cree que la importancia que tiene el radicalismo en la extensión de estas prácticas no es tanta como el hecho de que se mueven en zonas que son auténtico caldo de cultivo para ellas. La miseria, el abandono de los deberes gubernamentales es esencialmente el problema. La zona del norte de Malí está muy alejada de la influencia del gobierno, es zona de tráfico de drogas y paso de inmigrantes. Y sin embargo Tombuctú, ciudad mítica incluso en occidente, es uno de los enclaves de aquella zona, una ciudad de importancia que sin embargo no tiene apenas infraestructuras. En esa zona es por donde se mueven los tuareg, que participaron en la guerra de Libia, durante el derrocamiento de Gadaffi, y regresaron tras la derrota con todo el armamento de que disponían. Con eso y la promesa de mejorar las condiciones de los habitantes de la zona –a los que solo les basta con promesa para adquirir un poco de esperanza– es normal que esos movimiento hayan adquirido tanto despliegue. Lo mismo pasa con Boko Haram en el norte de Nigeria tradicionalmente alejado, en todos los sentidos, de los centros económicos del país.
Esos movimientos provocan otra de las lacras de África, que son los desplazamientos de personas de una zonas a otras huyendo de la barbarie en condiciones de extrema miseria. Pepe habla de algunas entrevistas que ha tenido con mujeres que han sufrido la opresión yihadista y cuenta de casos terribles. Sin embargo los desplazamiento también se producen por las condiciones de las dictaduras, por ejemplo en Gambia, una dictadura muy represiva tolerada por occidente –el país se vende como paraíso turístico– también provoca enormes desplazamiento y en concreto huidas del país hacia nuestros felices países occidentales.
Algo se mueve en la lucha contra las dictaduras lo mismo que se mueve en la lucha contra la miseria. En Chad, la dictadura de Hisseme Abré provocó cerca de 40000 muertos. Un tal Suleiman Gengan, superviviente de las cárceles de Hisseme, fue el principal suministrador de pruebas en la acusación internacional contra Hisseme cuyo juicio se está celebrando estos días. El hombre fue recopilando pacientemente fichas de todos cuantos había conocido en la cárcel y las atrocidades que se cometieron con ellos y esas fichas han sido una aportación clave para conseguir juzgar al dictador.
Como resumen creo que Pepe quiso mostrar la realidad africana que conoce pero sin dejar de acentuar que no solo es una realidad oscura y siniestra, que hay multitud de africanos que no se resignan a sufrir pacientemente las miserias que se abaten sobre sus gentes y que luchan para conseguir aliviar esas condiciones, que el pueblo africano no está detenido, que hay lucha y hay oposición para cambiar las cosas y no solo pasiva sumisión ante la desgracias sobre venidas o impuestas.
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