viernes, 26 de mayo de 2017

Miguel Martinón y La Regenta en la casa de Galdós


Interesante presentación del libro Era obra de su tiempo. Texto y contexto de ‘La Regenta’(Vertum, 2016) por el propio autor don Miguel Martinón.
Interesante la charla que se podía escuchar antes de iniciar la presentación entre el autor y doña Yolanda Arencibia  acerca de la relación entre Galdós y Clarín, en la cual, a pesar de existir una cierta jerarquía de maestro-discípulo, el maestro no se reprimía de decir que era tal su admiración por la obra del discípulo que hasta le iba a copiar  alguna idea. Queda evidente la admiración que tenía Clarín por Galdós en las cartas que se cruzaron y en que en la segunda y creí entender última reedición de la obra (antes de que se recuperara la obra ya en los años cincuenta o principios de los sesenta), este le pedía al maestro, y el maestro lo escribía, un prólogo con el que salió.
Tuvo la obra en su tiempo una acogida favorable. Salió en dos tomos y ya la recepción del primero le animaba a continuar escribiendo y enviando a la impresión capítulo a capítulo (al parecer ese era el método de trabajo del autor).
Considera don Martín que esta es una obra de la juventud de don Leopoldo y lo trata de justificar en el libro visitando los múltiples artículos que escribió en los años previos y coetáneos con la redacción de la obra. Disiente de algunos críticos que consideran que esta sería poco más o menos una obra anómala en la bibliografía del autor, que su pretendido Naturalismo, sus roces con el Krausismo o su declarado anticlericarismo serían, digamos, desviaciones de juventud de las cuales afortunadamente se recuperaría. Al parecer sí que hay un cambio en el tono de los escritos de don Leopoldo en algún momento de su madurez, pero disiente don Miguel que eso implique la obra anterior y en particular La Regenta no reflejase el auténtico pensamiento del autor en ese momento, tan auténtico como el posterior si es que hubo algún cambio radical a este respecto, cosa que creo que don Miguel duda.
Si bien la recepción de la obra en los medios intelectuales fue muy buena, Clarín no era un novato o un desconocido, ya llevaba muchos años escribiendo en diarios y otras publicaciones, sobre todo crítica literaria, pero también abriéndose a otros muchos ámbitos, la iglesia, en particular en Oviedo donde el autor ejercía de catedrático en la universidad, le planteó algunos problemas que estuvieron, o al menos así se temió el autor, a punto de costarle el puesto y la fuente de garbanzos para su familia. Esto le llevó a quitarle valor a su obra en alguna de las cartas que se cruza con don Benito, cosa que sorprende muchísimo a don Miguel.
Apuntó cosas interesantes como el hecho de que una obra que tuvo buena repercusión en su tiempo, desapareciera de la conciencia intelectual prácticamente durante  cuarenta años, tal vez finales de los cincuenta, en que se la recupera en la crítica, parece que Domingo Pérez Minik hace referencia a ella en un artículo de 1957, y que a partir de entonces no ha dejado de reeditarse como pieza fundamental de nuestro patrimonio cultural.
Apuntó también la necesidad de publicar las obras completas de los autores ordenadas cronológicamente porque eso resulta fundamental para seguir la trayectoria de pensamiento y estilo de los autores y conocer el contexto personal en el que se desarrollaron. A mí personalmente me parece extraño que esto haya que decirlo, suponía que ese es fundamentalmente el objetivo de la publicación de unas obras completas de un autor, sobre todo si se trata de ediciones orientadas al estudio, no a la simple divulgación (no entiendo la publicación de obras completas a efectos de divulgación, los lectores no leen obras completas, leen obras y pasan a otra cosa, son los estudiosos los que lo hacen, creo yo pa mí)
Otros detalles de interés, el énfasis que puso en la obra Solos de Clarín, que etiquetó de soberbia. Trata, sobre todo, de crítica literaria, y al parecer se refiere en ella a todo lo que hoy día consideramos lo más relevante de la literatura de fines del diecinueve.
También se mencionó la gran influencia del krausismo en los intelectuales progresistas del siglo diecinueve. Fue introductor de esta filosofía o actitud vital en España un tal Sanz del Río que desde la universidad prácticamente contaminó a toda la intelectualidad del momento.
La obra de don Miguel trata todos estos temas, buscando explicarse dos contextos, uno el contexto de la propia obra, su tiempo y el estado mental del propio autor, lo que le llevó a escribirla. Y por otro lado, el contexto de la recuperación de la obra ya entrado el siglo veinte, las razones por las que una obra como esa permaneció bajo la superficie durante tanto tiempo y las razones por las cuales volvió a recuperar su prestigio que no ha vuelto a perder desde entonces. A mí me parece más bien una obra para estudiosos, aunque don Miguel insiste que su libro no está orientado a expertos sino a simples lectores que se interesen por La Regenta de una manera más profunda.